UNA CUARTILLA por Luis C. Lopez Morton

De reojo veo los zapatos que acabo de comprar, son unos Merrel especiales para caminar en la selva, o por lo menos eso fue lo que le dije a la vendedora en la tienda especializada (REI) que necesitaba, unos zapatos o botas para un viaje que voy a hacer a la selva de Yucatán, es más, fui mas especifico, un viaje arqueológico a Yucatán.

La verdad se me llenó la boca al decirlo, y es por las ganas que tengo en hacerlo más que la presunción de hacerlo. Todavía no tengo ni idea de qué es lo que voy a hacer pero ya tengo los zapatos, tengo el short comprado de Avedon y Colby junto con la camisa especial para safaris de la misma compañía que hace ropa para visitar África.

El short, obviamente color Khaki, es el mismo modelo que usan los Ghurkas, soldados de Nepal que han peleado al lado del ejército británico; la camisa blanca, con unos cortes especiales para respiración en lugares de mucho calor y que no se pega a la espalda, con bolsas al frente para poder guardar una brújula, además de una libreta para apuntes y alguna otra cosa importante para ir a descubrir ruinas en Yucatán.

Ya me veo con todo mi equipo, mi sombrero Tilley que tengo desde hace muchos años, también especial para climas extremos de calor y mar, la cámara al hombro – la que siempre uso – una Leica M, y no puede faltar en alguna bolsa del short junto al paliacate, una navaja suiza con varias navajas y utensilios por si se requiere en algún momento en la selva.

Ahora hay que buscar al guía, la zona y el tiempo para irse a descubrir ruinas Mayas. De lecturas ni hablamos, he comprado todo lo que he encontrado en Amazon sobre Stephens y Catherwood, libros de la acuarelista británica Adela Breton que estuvo también en la península a principios del siglo XX, y ayer me llegó un libro de un explorador y arqueólogo que también hizo muchas investigaciones en el Sureste mexicano de nombre Frans Blom. Mi amigo y al que le pedí ayuda para que hagamos esta expedición, ya que conoce a mucha gente en el medio, Luis Ignacio Sainz, me escribió que encontró un libro sobre Catherwood en la visita que hizo al MUAC.

En fin, por preparaciones, equipo y lectura no paro, ahora falta ir.